jueves, 17 de abril de 2014

Silencio

Silencio, sólo oíamos silencio. Tenía la necesidad de decírselo pero no podía.
Tu estabas inmerso en tus pensamientos mientras yo te observaba, repasé cada milímetro de tu cara, sentía la necesidad de decir algo pero decidí no ser egoísta y dejarte en tu mundo. Quería apoyarme en ti pero parecía que te ibas a romper en mil pedazos y yo no te podría reconstruir. Tus labios, los observe tantas veces buscando un beso, para sentir que estabas aqui, a mi lado, que eras real. Y a veces, solo a veces, te dabas por aludido y me dabas un beso ligero y ausente,me sentía culpable como cuando robas un beso que no es tuyo. Por mas que quisiera no podía dejar de mirarte. Por un momento cerraste los ojos y lo eras todo. 
La gente iba y venía pero no decía nada, el silencio era el rey de la sala. 
Un reloj, grande, negro y clásico marcaba las horas que me quedaban.
El tiempo pasaba muy lento y a la vez muy rápido. No quería, no quería irme. 
Dudo si en decírtelo o no pero no sé como hubieras reaccionado, siempre viviré con esa duda. 
Mis ojos empezaban a ganar a mi cabeza, querían hacerse presentes en la sala pero yo no quería, era tu momento, no podía quitarte ese protagonismo. 
Daría lo que fuese por saber lo que estabas pensando. Yo, que soy un alma transparente la mayoría de veces, no podía ver lo que había dentro de ti, como si hubiera una barrera, mi angustia aumentaba.
Quería cogerle de la mano y decirle que nos fuéramos a donde quisiésemos y que los demás esperasen, pero no todos los sueños se hacen realidad ni son eternos. 
Y mientras todo esto yo pensaba, tu seguías igual, una estatua, la unica diferencia es que podía sentir latir tu corazón. 
Tantas cosas se dicen sin hablar.
El reloj, me avisaba que mi sueño estaba a punto de terminar. Aunque no quise le llamé, hizo como si volviera de aquel sitio donde estaba y se levantó. Fuimos andando sin decirnos nada hasta donde terminaba mi sueño. Por suerte el reloj tuvo compasión de mi y nos dejó un par de minutos, o se lo decía ya o nunca pero hubo un inconveniente, mis ojos vencieron a mi fuerza y vi como caían lagrimas por mi cara, avergonzada le abracé, no quería que me viera así, me mostraba débil, pero es que lo soy. 
Y yo, inoportuna de la vida, cuanto mas ruido había a nuestro alrededor se lo dije. Mi miró, seguía igual, sus labios seguían cerrados, yo me quería morir.
Sin decir nada, me abrazó y seguí con mi lucha de mantenerme firme, a pesar de que estaba rota por dentro. 
Y llegó mi viaje, hubiera dado todo lo que tenía para no separarme. 
Yo con el corazón roto, me fui. 
No quería mirar atrás porque si lo hacia sabía que iba a volver y perdería mi viaje.
Me maldije a mi y a todo y cuando subí me senté con una desconocida pero no aguanté y empecé a mostrar mi debilidad , todo el mundo me miraba pero yo no miraba al mundo, solo lo miraba a el, como mi todo se iba y yo también me iba. 
Cansada, me apoye en el asiento a mi despertar y cerré los ojos, sabía que no iba a volver a soñar porque dos sueños juntos nunca aparecen. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario