lunes, 14 de agosto de 2017

Mokita

Las palabras del pasado
me saben a tinta caducada.

Un sabor que queda tatuado
en mi boca,
tan amargo
y a la vez tan dulce
que hace
que mis letras
estén confundidas.

Huelen a ti
después de acostarse
conmigo.

El olor de la nostalgia.

De cuando llega el otoño
a mis ojos
para quedarse una temporada.

Aceptamos lo que nos toca,
no intento ilusionarme por las cosas,
ya somos mayores
para saber el camino de vuelta a casa.

El hogar al que vuelvo de madrugada
cuando siento que quiero sentir,
el momento en el que soy humana.


Me pregunto a cuántas palabras estamos
de que mi casa sea tu boca
y
de que nuestro olor preferido sea 
el de la nostalgia.




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