Verdades.

Dime cómo has conseguido
que vuelva a creer en los ojos de la gente.

Aunque no te lo creas,
me gusta sonreír,
solo que tengo fecha de caducidad
así que prefiero reservarme.

Tengo que admitir,
que las mejores frases
se dicen con los ojos reflejados en el otro
y tan serios
como si de una confesión se tratase.

Me trasmites seguridad,
firmeza,
estabilidad.

Palabras fuertes,
que chocan contra mi pecho,
pero no me duelen.

Te has clavado,
en ese lugar de no retorno,
en recuerdo,
pensamiento y
deseo.

En mi pasado,
presente y
futuro.

No dejes de mirarme nunca.