domingo, 7 de enero de 2018

Pum

Se refugiaba en lo oscuro porque se sentía segura.

No hacía falta esconderse.

Divagaba sin musa,
esperaba encontrar la fuente
en sí misma.

Soledad andaba fuera,
encontró a esperanza y ésta
le enseñó a creer
en cosas que nunca se había planteado.

Allí estaba ella,
hasta soledad le había dejado.

Lo comprendió,
pues quien quiere algo sin luz,
soledad se había cansado.

Amor propio venía a veces de visita,
odio le daba las buenas noches
y tristeza era su nueva amiga.

Pero ella seguía queriendo su soledad
la que mejor le entendía,
le había visto crecer,
hacer locuras,
llorar,
reír,
amar.

Y aún así se fué,
como quien tira una bomba
y huye
sabiendo las consecuencias.

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