viernes, 26 de mayo de 2017

Limerencia

Si la tinta de un escritor es su sangre,
yo estoy muerta
por tanto escribirte.


Si no creias que cada palabra
era una parte de mi,
entonces no crees en mi persona.


Escribo más que pienso,
y pienso más que digo.

Soy mentalmente inestable,
ni mi musa me quiere.

Me enamoré de tus desequilibrios,
amé tus heridas
y quise besarte los fracasos.

Mi papel era tu piel,
donde yo mejor me desangraba.

Donde perdí mis batallas
contra tu mente
tan acendrada.

Estoy tan absorta en mi limerencia.

Que siento
que me desangro
hora tras hora
en pieles ajenas.



















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