Me acerqué y en vez de ser una chica delicada y con voz dulce le dije:
-Eres un bestia, deberías parar, seguro que no siquiera te gusta y empezaste por amistades.
Me miró como si hubiera visto un ovni, yo, una chica rubia, ojos azules pintados perfectamente y unos labios morados a juego con mi jersey le estaba diciendo que dejara el cigarro.
Se lo apartó de la boca después de echarme todo el humo a la cara y me dijo:
-¿Y tú cuándo vas a parar?
-¿Perdona?
-Lo suponía
No tendría que haberle hablado, la verdad es que no sé por qué lo hice, supongo porque hacia tiempo que no me peleaba con nadie y eso no era propio de mi.
-Ahora me lo dices
-¿Para qué? Me vas a decir que soy un creído, que no te conozco y que soy un mentiroso.
Me estaba sacando de quicio, me gustaba.
-Ves, ahora sí que lo eres porque has dicho tu discursillo de chico malote que se folla a la primera tia que invita a una copa y luego va de sentimental.
No me dijo nada. No podía quedar así, quería más.
-¿Y bien?
Me tendió un cigarro.
-No gracias, no fumo
-Pero beber si ¿verdad?
-Puede
-A eso me refería
¿Qué cojones estaba diciendo el tipo este?
-Explicate
-Eres la típica chica buena que luego cuando proba una gota de alcohol quiere más y más solo para demostrar al mundo que no solo es una tia aburrida centrada de ciudad y que sabe divertirse pero eres especial.
-¿Especial?
-No la había visto antes, es decir, eres un nuevo tipo, a lo de antes súmale que te gustan las peleas porque es el único momento donde te sientes viva, bravo.
No dije nada, ese cabrón había descrito mi vida, mi puta vida.
Me acerqué, pensé en decirle todos los insultos que existían en el mundo pero claro le hubiera dado la razón así que solo me puse delante.
-Venga di que soy un cabronazo y pégame en la cara y vete ya.
En vez de eso le miré fijamente y le besé.
Empezamos a besarnos como nunca lo había hecho y la cosa fue a más.
-Che,¿ no quieres una copa?
Yo solo acepté.
Fuimos a un bar cercano, nos tomamos algunas cosas y nos fuimos a su casa.
Antes de entrar me dijo:
-¿Qué estás haciendo?
-Divertirme
-Creía que me odiabas
-Crees bien
-Nunca entenderé a las mujeres
Y me cogió y me metió a la habitación.
A la mañana siguiente me desperté con resaca, miré a mi alrededor y ahí estaba con su estúpido cigarro fumando en la ventana.
-Buenos días-le dije.
-Buenos días- me contestó con indiferencia.
-¿Por qué hemos hecho esto?
-Querida, porque tú eres una borracha desapercibida y yo un cabrón que se folla a la primera que invita a una copa.
-Puto poeta
-Ah, se me olvidaba gracias, y un sentimental.
No me extraña que te guste Bukowski...
ResponderEliminarÉl ha sido la influencia basicamente
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